Es difícil pensar en que la obra artística salga de un impulso sexual y termine como caldo nutricio en la mesa para la familia. Lo cierto es que esto pasa por un proceso de depuración. Primero el acto masturbatorio arroja muchas ideas, caóticas, desordenadas, y luego hay actos de conciencia que permiten establecer cuál de todas es apropiada para nutrir a los hijos. No se trata de censurar, realmente no censuré mucho, sino de encontrar el mecanismo que permita comunicar mejor.
Yo misma he cambiado con el tiempo desde ese primer trauma fundamental que fue en el que pensé por primera vez cuando iba a criar a mis hijos, y es que yo tenía muchos problemas para interactuar con los demás porque el primer día en el que fuí al colegio, una niñita me espetó que yo no podía jugar con ellas porque parecía un niño. Quien sabe si sería el corte de pele, pienso hoy, un corte totumo, pero esa situación me trajo una cadena de sucesos en donde yo desconfiaba de mi propia capacidad de hacer amigos, tanto como de la idea de que parecía un niño. De hecho el ser mamá es una afirmación de mi feminidad. Yo no era brusca, era tierna, y por supuesto que el insulto me descorazonó.
Entonces me puse en la tarea de construir una propuesta para que mis hijos siguieran siendo varoncitos y no mujercitas. Pero cómo hacerlo siendo madre soltera? Quizás, pensé yo, fortaleciendo ante mis hijos la imagen masculina de mi papá quien vivía con nosotros. Eso no es tan difícil, él sí era brusco y patán. Mi papá fué siempre una figura decisiva en mi vida, y tuve muchos problemas con él, en gran parte por su machismo, así que lo incluí también en la propuesta, el cambio debía ser familiar, era importante que aprendiéramos a relacionarnos con todo tipo de personas, se volvió un problema de supervivencia, así no les iban a dar empleo, y además tenían que aprender a relacionarse con las niñas, las mujeres merecemos respeto y ese punto no estaba en cuestión, se me convirtió en un problema de primer órden.
Así fué como los incluí en mi plan de trabajo, compartiendo juntos las artes, es que si las artes sirven para algo, el ejemplo debía comenzar por casa. Puede que esta tarea no sirviera para exposición, y que no me fuera a dar gran reconocimiento en el sector, pero sin duda iba a aprovechar sus características para darle a mi familia una mejor calidad de vida.
Y las artes plásticas resultaron cortas, realmente compartíamos canciones, visitas al circo y al zoológico, el cuidado de mascotas, ricos alimentos, hacíamos videos, bailábamos, y reíamos. No solo dibujos, aunque se produjeron muchos.
Yo tuve, entonces, taller oficina en la casa para estar cerquita a los míos, y la gente, otros artistas y usuarios, entraban y salían todo el día. Hacíamos nuestro trabajo en equipo frente a mis hijos, ellos saben co-crear. Y si el proyecto implicaba intervenir una comunidad, allí estaban ellos en primera fila alimentándose del proceso.
Hacíamos videos, tuvimos un programa de televisión, y ellos compartían con personas de todas las edades, géneros y razas.
No era solo crear una obra, era un happening con continuidad en el tiempo, como vivir un reality. Así ellos disfrutaban de primera mano toda la obra. Una obra a la que se le veían las costuras. Ellos accedían tanto al detrás en escena como en la puesta por obra.
Y así me acostumbré a escribir sobre mi trabajo para los demás espectadores, haciendo todas las anotaciones del detrás de cámaras de todos mis proyectos, recuperando la perspectiva de mis hijos. Estoy trabajando frente a los ojos del espectador, porque si hay algo interesante en la construcción de la obra, es la construcción en sí misma, la gente quiere saber el qué, el cómo, y el para qué de todo. No solo como una obra acabada y ya, sino como un suceso en movimiento que se crea frente a tus ojos. Muy del circo la idea.
Por eso yo siempre explico y voy desplegando toda la propuesta frente al espectador. Lo hago en la web, lo hago a través de estos blogs. Son muchas las entradas obra. Todo está publicado y me gusta llevar notas de todos mis procesos. Porque en mi trabajo cuenta el proceso. El proceso es el que muestra la magia de la transmutación.
Mis hijos no sacaron sus caldos nutricios de la nada, sino del compartir procesos. Procesos que los modificaban, que les permitían poner a punto sus emociones, practicar sus experiencias con todos.
Estoy orgullosa de ser una mamá artista, creo que eso hace la diferencia, como cocinar desde la creatividad, como decirle a la gente, oye, mira, estás en casa.
Pienso que mi obra expresa calidez y hogar, y esa pericia de los niños componiendo una imagen.
Recuperaré para mi nuevo ciclo la calidez, eso era lo que tenía el espacio taller antes de las adecuaciones. Mi hogar tiene que ser cálido y habitable, dispuesto para compartir, así como la obra, un fluir de compartir sin medida, con mucho afecto. Un calorcito de hogar. Porque si hay algo que me quitó esa primera experiencia social, que fué tan traumática para mí, fué la sensación de pertenencia, y me sentí sola, ya no estaba en mi casa, de repente me había quedado sin piso, y ya no quería volver al colegio. No aproveché mis lecciones de estar trabajando en mis competencias emocionales y relacionales. Sentía que no lo hacía bien, que la gente no me quería, que no pertenecía. Y entonces este trabajo nutricio me devuelve una parte muy importante de mí. Pertenezco a mi casa, a mi hogar, a mi familia.
Ahora que mis hijos quieren irse, independizarse, es más importante que nunca construir un lugar cálido, cómodo, listo para cuando regresen, y entonces construiré nostalgias, cariños, volver a ser, volver a pertenecer. Me volveré experta en mensajes de texto y en conversaciones en video, para así estar en contacto con mi familia que ahora evoluciona.
Miento, lo más probable es que me sienta sola. Pero recuperar la calidez es importante.
Mis hijos me están diciendo, a donde vamos no puedes ir. Y realmente la pasamos genial. Era buen insumo para mi trabajo en arte.
Tanto maternar para que le digan a uno que ya no va más...
Y eso es lo que pasa, revive el trauma original, no pertenezco luego ya no sé qué hacer de mi trabajo creativo.
Recuperar la calidez. Yo era tierna, era una buena niña, como me hicieron de daño.
Pero yo no quiero hablar del dolor sino de su superación, quiero hablar sobre cómo es posible construir a pesar de todo lo que te hacen.
Me pregunto si a todos estos amigos los tengo que maternar en su vejez? Se sienten por el estilo, abandonados, incapaces de expresarlo. Que soledad, que frío, que precariedad.
Dibujos para los amigos, dibujos cálidos, dibujos a la distancia, dibujos para ser enviados a través de la web. Dibujos para acompañar, dibujos por el whatsapp. Dibujos con saludito. Dibujos para unos pocos, para ser compartidos, cuando ya nadie habla.
Sembrar, echar semillas. Que se robustezcan, que causen conversación.
Seguir con mis dibujos para publicar, enviar fotos con el celular.
Empezar mañana.
Un dibujo diario.
Dibujos diferentes para cada uno.
Dibujos precarios pero con afecto.
Decir hola. Empezar de nuevo. Primer día de colegio.